Circulo por la autopista a gran velocidad sin límites físicos que me impidan crecer hacia el infinito e inabarcable cielo, destino la luna. El viento sopla a mi merced meciendo mis cabellos, jugando cariñosamente con mis mechones hasta formar con ellos una suaves ondas con las que adornar mi bello rostro.
Me siento libre, sin ataduras que opriman mi alma, ni lastre que arrastre ni provoque en mí ya un desastre, porque como bien apostillaba mi querido Sartre, yo soy libre y como tal, dirijo la obra de mi vívida vida, cuyo genuino guión orquestado en mi alma ha quedado tatuado en carne viva y sin anestesia, por más que hubiera deseado que pereciera muerta en cualquier puerta, ante semejante barbaridad de atrocidad.
Voy planeando la ciudad, cual pájaro de fuego cuyas lágrimas, de tantas como derramé, transformé y reinterpreté, poseen el curativo poder de sanar a aquel congraciado sobre el cual se vierta. Arraso allá por donde paso y nada frena mi ocaso.
Mi vehículo es mi segunda piel y me protege a la misma vez que a la muerte me ofrece, no sin descomedida e incompasiva hiel. Son las dos caras de la misma moneda, la vida y la muerte van de la mano aunque no se quieran ni ver, se odien y el antagonismo encarne su razón de ser. Se tantean de vez en cuando a escondidas, pues el careo siembra el escenario perfecto para el duelo a muerte o a no inerte. Aquí no existen medias tintas ni segundo puesto que celebrar. O es una o es la otra, la existencia de una sepulta directamente a la otra. Lo que la vida no sabe, es que, una vez la muerte viene a verte, sobre ti se vierte pero jamás revierte,
Ella no perdona, ni se achanta,
ella es altana, soberbia y altiva,
ella es orgullosa y a la vez esplendorosa,
pues sabe cómo persuadirte para que te dejes seducir por sus sucias, pero atractivas y camufladas garras, cual amarras alrededor de tu cuello vilmente desea cernir, para oirte gemir, majestuoso preludio que precede a tu morir.
Es intransigente, no deja pasar una y a la mínima que bajes la guardia, te devana los sesos a mordiscos mientras te mantiene con vida, la muy jodida. Los devora con el ansia de la maldad y la codicia desmedida que le aflora y eructa con alevosía jactándose de tu agonía y sobre ti eyacula para regodearse de su placer sobre tu yacer.
Entonces, alguien bloquea mi salida y me veo obligada a tener que frenar repentinamente.
Continuará…
By Wendy
Precioso, gracias por compartirlo..
Me enfrento a ello y el miedo se disuelve, después respiro.
Gracias a ti por leerlo y compartir tu valiente reflexión 🙏❤️✨
Parece un bonito sueño en el que uno se enfrenta a la muerte pero solo es miedo. Y después solo vives…
Gracias Pedro por tu enriquecedora aportación. Como bien comentas, en un pulso entre nuestros peores fantasmas y nosotr@s. ¿Quién ganará?… En el próximo relato más 😉
Quedamos a la espera…
Eso es!! 😉🙏